viernes, 5 de noviembre de 2010

¿A favor de quién estás?


Pasan siempre tantas cosas
que sigo sin saber nada de nada.
La mitad no vino porque llueve,
y de casualidad, en el aire azul
conteniendo el aliento,
las huellas de mis dedos.

No me prestes demasiada atención
porque nunca contestará nadie.
Por casualidad, soy el que soy,
porque quizás sí existo
y lo acepto con alivio
como los muelles a los sofás.

No preparado del todo
y debajo de algún árbol,
otro viernes antes del sábado
me estará agradecido
por las señales que me hacen
otros, no nosotros.