martes, 24 de abril de 2007

Sucesión


Esta es una anécdota sobre la transición en el poder en un gobierno de un poderoso país. Se cuenta que un presidente saliente dejó dos cartas al nuevo presidente entrante. Sorprendido, el presidente entrante preguntó: -De qué tratan estas misivas, apreciado colega? El presidente saliente le contestó: Abre la primera de las cartas ante la primera situación insostenible. Y la segunda? –volviendo a interrogar al presidente saliente. – La segunda la deberás abrir únicamente ante la llegada de una nueva situación insostenible.

Transcurrió el tiempo sin sobresaltos en el nuevo gobierno, cuando de repente las quejas populares empezaron a incrementarse. La situación política empezó a hacerse especialmente enrarecida, y el presidente decidió ante las múltiples presiones, y después de muchas consultas infructuosas con su gabinete y su entorno más próximo, abrir la primera de las cartas. Y este era su mensaje: “Culpe de todo al anterior Presidente”. Sin dudarlo, convocó una inesperada rueda de prensa reconociendo abiertamente las dificultades que atravesaba su país, y culpó de todos los males al anterior presidente y al gobierno saliente.

Súbitamente y como consecuencia del discurso político, las aguas volvieron a su cauce y el clamor popular cesó. Sin embargo, no pasó demasiado tiempo, escasamente un año, cuando el descontento generalizado condujo a las nuevas protestas del pueblo. El presidente fue incapaz de responder con prontitud a la nueva problemática. Ante las dificultades y a la enorme presión popular, política, empresarial y de los medios de comunicación favorables a la reforma, el presidente recordó aquella segunda carta. Abrió con presteza el cajón de la mesa presidencial donde guardaba celosamente aquel segundo misterioso sobre. Antes de abrirlo, suspiró hacia sus adentros y se sintió reconfortado... Aquella primera carta contenía un mensaje que sirvió para apaciguar la tormenta en los inicios de su primer mandato. Ya no podía esperar más y la abrió delicadamente con un lujoso abrecartas de la época florentina. Y entonces se dispuso a leer su contenido. La segunda nota decía así: “Presidente, prepare dos cartas más”.