lunes, 28 de enero de 2008
Niandra
Haz de mi corazón tu próximo equinoccio
y no te alejes de las líneas de la mano.
Real como las tempestades,
cada vez que abro los labios,
como el mar que ha besado todas las playas,
cada vez que abro los ojos,
como el mar cuando el cielo mira ahogarse,
alimentas mi climatología de impaciencia.
Tragándome el universo entero,
qué vertiginosas inquietudes me has dado,
que el viento que las lleva ni las percibe.