sábado, 17 de febrero de 2007
Belly Button
Me he dado cuenta de un error muy común respecto a la imaginería relacionada con Adán y Eva y que incluso afecta al arte de los mismísimos Miguel Ángel y Durero. Recuerdo al respecto una anécdota que hace referencia a las pesquisas póstumas de Sherlock Holmes. Sí, el irónico, poco emocional e inquieto detective privado en la ficción. Cuentan que al morir Holmes -por supuesto de manera también ficticia- fue al cielo. Allí le encomendaron la difícil misión de localizar a los dos primeros seres humanos y efectivamente los encontró. Si lugar a dudas se trataba de Adán y Eva, quienes por el hecho de ser nonatos carecían de ombligo.