martes, 3 de junio de 2008
Bloodflowers
No quiero hacerte añicos. Nunca. Pero mis ganas quebrarían la transparencia diáfana de tu vidrio, moldeado, trabajado a golpe de soplo y de candela, y mil veces girado hasta llegar a mi. Y quiero refrenar el impulso inconsciente. Si en la distancia fueron pasiones inauditas las que se desataron, cuidaré la durmiente fragilidad instalada en tu arena fundida, porque a sólo unos palmos estarás en peligro. Me civilizaré, apuntaré maneras, seré como una estatua, nadie adivinará...