domingo, 22 de junio de 2008

Rondando


Es verdad que el amor no tiene rostro conocido, ni reconocible. En una ocasión, alguien me contó que yendo en un tren o en un autobús, no recuerdo bien, contempló una escena conmovedora. Vió a una pareja, como miles de otras, sólo que la mujer era la antítesis total de la belleza establecida; su cara, completamente desfigurada por horribles quemaduras, hubiera espantado a cualquiera de nosotros. Sin embargo, el hombre que estaba con ella, se esmeraba en delicadezas y caricias, mientras sus ojos la veían mas allá de sí misma. Había trascendido todas las barreras... La conocía. Así pues, muchas veces somos incapaces de sospechar qué se esconde dentro, pero los ojos del amor dicen siempre la verdad, por mucho que juzguemos las apariencias.

jueves, 5 de junio de 2008

Holón


Hace falta algo más para que yo no escape.
Mucho más que todas las riquezas.
Y aunque no me tienes,
me abduce la fuerza de tu mano,
la que se aferra a un trozo de cielo
que promete mas allá del cemento desnudo.

miércoles, 4 de junio de 2008

Some Things Should Be Simple


Dime si la mujer que eres resulta tan altiva por ser mi prisionera, y alzas más la cabeza porque sabes que mi invisible lazo luce ya prendido, liviano, de tu cuello. Dime si tu destreza se agudiza cuando escuchas mi voz de terciopelo, o si duermes guardando secretos y no sueños. Dime si tu realidad superó la ficción de miles de novelas, o si caminas así porque estás tan segura de ti misma y sabes que, tal vez, mañana todo acabe o comience...

martes, 3 de junio de 2008

Bloodflowers


No quiero hacerte añicos. Nunca. Pero mis ganas quebrarían la transparencia diáfana de tu vidrio, moldeado, trabajado a golpe de soplo y de candela, y mil veces girado hasta llegar a mi. Y quiero refrenar el impulso inconsciente. Si en la distancia fueron pasiones inauditas las que se desataron, cuidaré la durmiente fragilidad instalada en tu arena fundida, porque a sólo unos palmos estarás en peligro. Me civilizaré, apuntaré maneras, seré como una estatua, nadie adivinará...

Tierra


Has llegado a un mundo que clama la venganza callada de tu complicidad austera, que espera la revolución más sutil y poderosa, la fuerza de la idea inédita, que bulle y flota entre las mismas nubes que tanto amas. Soy un mundo fértil, agrietado desde que no te tuve. Te perseguí sin encontrarte, hasta en los riscos abruptos de los acantilados, con un yugo encajado y los ojos vidriosos. Te perseguí entre las flores blancas de la playa, que se sujetan, desamparadas, a las dunas. Te busqué entre el gélido viento de los meses de enero, que me ululaba tu nombre y me narraba retazos de tu vida. Mi ayuno fue terrible, sin noticias de ti se hizo el espacio más vasto, inhabitable y desistí de plantar morada alguna en los desiertos que atravesé y sufrí. Has llegado y me descalzo. Bien mereces que me despoje de cualquier prejuicio vano, de cualquier fórmula o ley. Me descalzo porque mi planta deja huella en un lugar sagrado, no visitado por ningún ser hasta este día.