viernes, 30 de mayo de 2008

The Killing Moon


Se me hace la boca agua...
Percibe e intuye cómo soy
mientras aúllo sin tregua.
Voy a darte a probar mi tenacidad,
satisfaciéndome más en ella,
que por simplemente desgarrarte y engullirte.
Eres la propicia víctima
de esta carnicería.
Te quitaré la vida,
para resucitarte convertida
en criatura de la perpetua noche,
cubierta en los reinos oscuros,
en mí, bajo mi espeso pelaje.

jueves, 29 de mayo de 2008

Orto


Regálame tu esbelta espalda. Igual que me regalas los intrincados trazos de ese mapa soberbio que esgrimen tus neuronas, descargando energía a través de tu lengua, igual que me embelesas con tu risa coqueta o igual que me hipnotizas con la idea de besarte, dame, entera, tu espalda. Si me la ofreces hoy, no me sabré ignorado, tu nuca para mí será el rincón perfecto por donde resbalar la punta de mi insaciable lengua, la oquedad de mi boca se colmará en tus hombros y merodear en la firmeza de tus muslos será como atreverme a establecer el rito que anuncie la llegada del mayor cataclismo.

miércoles, 28 de mayo de 2008

Le Pont Neuf


Cuando abres la ventana de los mil paisajes, no sólo estás tú. Y aunque abordando, y asaltando, y manifestándome con una implacable fuerza gravitatoria que atrapa todo, también palpito yo, adherido a palabras que escapan y recorren distancias en tan sólo un instante, que furtivamente han sido mías, que se desprenden para que sean del mundo, para que sean de ti. Palpito entre las brumas, en la arena mojada, en los embarcaderos que han sido soñados, en la aplastante belleza de aquellas esculturas que, humanas, desafían con miradas atroces. Palpito y te hago mía, de la única manera que he querido siempre que alguien descubriera. Cuando abres la ventana de los mil paisajes, ya he lanzado el hechizo y he recitado la oración secreta, por nadie pronunciada, nunca jamás antes escrita, y que sólo yo conozco.

martes, 27 de mayo de 2008

Éter


Ten cuidado con los besos que no te he dado. Saben más de lo que tú quisieras. Conocen el camino, se abalanzan, feroces y a destiempo, emboscados entre las humeantes dunas de ese valle que recorro con mi lava. Avanzando lento, lanzando abrasadoras bocanadas de gases letales y lluvia en ascuas encendida, tus labios no tienen miedo de quemarse, y por más inútil que sea su cometido, siguen depositándose sobre el espeso magma, que será roca un día, roca dura, sin memoria, que olvidará que fue perseguida por alados besos que no tuvieron amo, o cuyo amo no supo que existían. Destino fútil, inocuo, como la esencia básica de la belleza pura, aislada y atrapada. Destino postrero, mis ardientes besos serán el invisible ingrediente en la ígnea mezcla y entre olivinas dormirán eternamente estáticos. No serán sólo roca.

lunes, 26 de mayo de 2008

Just Think Twice


Si he llegado hasta aquí, y he lanzado al mar todas la botellas con los mensajes de un pasado que ya no me encadena, que no puede contra mí querella alguna, que me deja vivir y ha aflojado su férrea mandíbula, dejando escapar el bocado sabroso de mis ojos de espejo, cautivadores, coronados de esa ternura temprana, risueña y transparente... Si he llegado hasta aquí, sabré qué hacer ahora, de éso estoy seguro.

Se ha adormecido el dolor ahogado que atenazaba girasoles y algodones y se ha quedado el otro, aquel dolor que quiero que se quede, aquí, en el fondo de mi vida, arrinconado, fraguando gotas de magia y de misterio. Mi dolor transformado que se traga las lágrimas, no gime ni me aprieta el espíritu. Por el contrario, hoy me da la vida, es mi fuerza creadora, mi alentadora confianza en un mañana que no es menos hermoso por incierto. Mi dolor transformado se ha quedado conmigo, me aletea al oído o me atrapa a las musas, me da frutos contínuos y me lleva de la mano a los agrestes páramos en dónde la pasión campa sin ley ni dueño.

sábado, 24 de mayo de 2008

Iluminando sombras


Llévame hasta el lugar dónde me descubras las siete verdades, donde debatas conmigo, sentada y sin escrúpulos, qué hago aquí y por qué vine. Y, si es verdad que estoy, me enseñes a ser más veraz que nunca, sin rebozo, evidente. O, al menos, me aciertes a qué he sido convocado.

Sólo sé que tu mirada, esa que sostienes con magnetismo de esfinge, la que me devuelves con el demoledor arrojo de una rapaz hambrienta, la que me acaricia y con la que me buscas, entre millones de ojos, me hace elevarme sobre mi propio cieno. Pujo por gozar de la atención de tus ojos sagaces, que miran desde el pozo de la oscuridad, desde la conmiseración, y desde las secuelas de una amanecer roto y desteñido.

Tu mirada, ésa que quiero, sola y única, no retrocede ni se desdice, se enfrenta a confabulaciones, no se engría, pero, orgullosa, me reconduce y lanza redes infinitas, capurándome. Tus ojos, ésos que me persiguen, devoradores, tenues, prevenidos, que barruntan tempestades, que adormecen a cualquier fiera salvaje, son la delirante certeza de que existo.

viernes, 23 de mayo de 2008

La plaza de los héroes


Esta mañana me has imaginado paseando por plazas con estatuas de bronce que conmemoran hazañas y victorias, absorto y detenido entre fachadas de piedras milenarias, atravesando puentes inundados de azul o escuchando leyendas de los reyes magiares. Me has visto embebido del aroma del incienso de una iglesia que fue mezquita un día, o viendo, desde lejos, la espléndida visión de un Danubio inundado de dorados destellos, tragado por un noche oscura, interminable. Y no me envidias por visitar lejanas ciudades, las envidias a ellas porque yo las recorro.

jueves, 15 de mayo de 2008

The Straight Dope


Me llama ese boscaje en el que te has convertido, tupido y refrescante. En él puedo perderme, ser el que siempre he sido, gritarte, exasperarme, jadear como animal salvaje, oler tu rastro en celo o inundarme de tu brisa. Me fascina esa cúpula, concupiscente y núbil, que ha nacido debajo del enramado de tus enhiestos árboles. Allí se aplacan mis ansias, me contienes y me mulles un lecho de hojarasca, paciente, tan paciente como sólo tú sabes serlo. Y ahogas mis enojos, levantas mi barbilla y, con ojos burlones, me guiñas en silencio. Y me haces detenerme y mirar hacia arriba, hacia aquellos resquicios por donde, entre las hojas, penetran como lanzas los rayos amarillos.

miércoles, 14 de mayo de 2008

Nueva dimensión


Ahora que no estás, entraré subrepticiamente en tu estancia vacía, ese santuario inaccesible en el que cada noche te abandonas al desvelo. Y abriré ese cajón dónde un día guardaste las fotos preferidas.

Besaré tu blusa, la que cuelga arrebujada de la silla. Y buscaré esa otra, la que tanto me gusta, entre todas las prendas colgadas del armario. Y las acariciaré, como si fueran tú. Ellas guardan silencio y se dejan hacer y absorben mi imprudencia y el reclamo febril que dibujan, ansiosas, las yemas de mis dedos.

También me detendré en la contemplación del libro que ha quedado sobre la mesa, como si acabaras de cerrarlo ahora mismo, como si conservara aún tu calor. Quizá lo abra y mire la página leída y también la acaricie.

Ahora que no estás, podré pasear sin prisas entre tus esponjillas y pinceles, el cesto de la ropa o todas las toallas que, dobladas, esperan. Podré, con cierta malicia, recrearme en tus zapatos. Y aspirar extasiado el aroma que de tu lencería dimana.

Entregaré al placer cada sentido mío. Recorreré perversamente todos tus rincones y seré la más curiosa visita que jamás hayas tenido. Seré un ladrón, tu ladrón, porque me llevaré lo que realmente quiero y sin pedir permiso. Y cuando regreses, tortúrate, adivina las cosas que te he tocado, en dónde están mis huellas y en qué más he pecado.

martes, 13 de mayo de 2008

The World Is Mine


No quiero una deshecha primavera, plantada de hastíos y mediocridades. Quiero flores lilas que dejen caer al suelo su ingenuo color de arcoiris y destierro. No quiero una rutina, pero sí una monotonía repleta de guisos y platos por fregar, de despeinados domingos, y de despertador, o de "pónme un café, ya llego tarde".

Quiero, día tras día, amenazar esta engañosa seguridad que nos rodea, y causar un deshielo trepidante en esa escarcha que galopa, estática y sombría. Quiero sembrar ceremoniosos trazos de misterio, quiero poner en jaque las más grandes razones que nos hacen vivir en la trastienda. Y quiero visitar ese planeta que aún subyace debajo de la tapa de aquella caja que guarda mis pequeños y grandes sueños.

Quiero arrinconarte, hasta que sea imposible que ya retrocedas, e invitarte a recoger la mesa después del desayuno. Y quiero la genialidad a toda costa, la agilidad que atrapa el placer último, la copa colmada de estallidos de sincronía pura, la rebuscada respuesta, el desafío sutil, el devaneo jugoso de una mirada cómplice.

sábado, 10 de mayo de 2008

Aire


Cómo te miro, o cómo te miraría horas y horas, desde el autismo más inmóvil, austral y cotidiano, devorando los perfiles, las texturas, los rubores impúdicos de tus atardeceres. Cómo te espero, condenado, o cómo te esperaría, cuidando la fiebre de todas tus fatigas. O cómo te beso, y cómo te besaría, perpetrando el agravio más alevoso que ofenda tus cuatro virtudes, una a una.

Todos, al fin y al cabo, nos enamoramos de un bello ectoplasma, de un impulso que, de pronto, toma forma y se apropia de nuestro mismo hálito, y nos presta gestos y palabras y nos bautiza de nombres ajenos que no existían para nosotros hasta entonces, haciéndonos brindar con un vino excelente, de una cosecha irrepetible y única.

Es el sabor de una vida que pasa, que se desliza sin pretender mas que una música de fondo, tintineante, dulzona y envolvente, como de película antigua con final de beso apasionado.

Lo que se de ti ya me ha contado muchas cosas. El azar nos ha salido a un encuentro que no estaba previsto, es natural, no estás acostumbrado a que te miren, te esperen o te besen. Quizás hayas cerrado la puerta de mi casa.

jueves, 8 de mayo de 2008

Prólogo alegórico


Tus furtivos pies me cuidan en secreto
y se alían contra mi,
devolviéndome a los lugares donde no estoy,
o no existo.

Arropado por la solemnidad
del errático desvelo,
por los acordes de tu risa quiescente,
desgrano la apresurada víspera
tejiendo delicados hilos de paciencia.

He temido que regreses
tantas y tantas veces...

martes, 6 de mayo de 2008

El oro azul


Durante siglos no has podido elevar la mirada. Te has arrastrado, casi reptando en esta tierra árida, envuelta en el odio del pasado, cuya arena se ha empapado con la sangre indeleble de tus propios hermanos.

Ancianos y niños te han reclamado el agua que no tienes. Conmovida, has resuelto llegar a la frontera misma del pozo de Jacob, linde de encarnizadas luchas. El rencor nunca olvida.

Te has cubierto y velado el rostro. Has apoyado sobre tu cabeza un cántaro, otro en la cadera y enrollado una soga a uno de tus codos. Desde Siquem, mil veces devastada, has emprendido camino.

Sabes que la carne protestará bajo el azote de un viento que abrasará de arena hasta tus labios. Pero debes dar gracias. Eres casi invisible. Eres una pobre mujer de la tierra del monte Garizim, a quien ni alcanza el escarnio. Confía en tu impureza, pues ella será tu verdadero escudo.

No has apartado la vista de los cantos rodados del borde del camino. El sol te ha abrasado y el viento te ha hecho apretar los párpados cansados.

Tras dos días en camino, por fin divisas el brocal.

lunes, 5 de mayo de 2008

Ingravidez


Las curvas de tu espalda también piden
que se posen mis manos sobre ellas.
Cálidas líneas por amor pintadas,
por amor expuestas,
sutilmente azogadas por la luna.

Un sendero bien hollado


Cada una de mis lágrimas
tienen un nombre y las quiero,
como nacidas del mismo reflejo
de esta alma que no tengo.

Acuarela sobre papel


Me esperarás sentada en el embarcadero. Serán las doce de una mañana espléndida y las tímidas crestas de la marea creciente reflejarán un sol que herirá tus pupilas. El agua lamerá, cadenciosa, las piedras asentadas a la orilla del caño, brotando clara y nítida. Las tablas crujirán a cada uno de mis pasos, y me apresuraré. Veré cómo sonríes y cómo, impertinente, ladeas la cabeza. Me detendré agitado y cerraré los ojos, queriendo compilar el extracto absoluto de aquel mismo momento. Luego, continuaré y me quedaré quieto a escasamente unos pasos de ti. Allí te miraré como a una aparición que hubiera transgredido las leyes de este mundo, y no te creeré. Pensaré que eres sólo un producto perfecto de mi imaginación y que eres la auténtica autora de mis escritos.