martes, 29 de abril de 2008
I, Robot
Fascinado, he estado observando
cómo se ha abierto la concha que contiene
capa a capa, una vida.
Todos los momentos concentrados
han liberado risas, llantos,
el extraño sabor de decepciones,
la ilusión perdida, el desamparo...
Sin subterfugios, quisiera contarte
los crepúsculos horizontales y naranjas,
con los tobillos hundidos en la arena,
y con la caricia cansada de las olas.
El mar, tibio reposo.
O el cielo, una ilusión.