miércoles, 23 de abril de 2008

The Sin of Lust


Apostado en las curvas de tu vida,
gorjea el fuego en mis pupilas.
Sígueme al extremo de otro mundo,
en que el que habito yo,
cubierto por un millon de escamas.

Deseo volcar mi extracto en ti, abruptamente,
y sofocar tus sonámbulos suspiros.
Ni tú jurarías que mis reptilianas garras
son capaces de la dulzura
de las vides.

Y destilan tus ojos el estupor cansado
del horror de este mundo,
y de las primaveras que aún no han florecido.
Que no florecerán si tú no enjugas antes
tus lágrimas, las lágrimas
que fluyen en los mares bullentes
de los ojos de un niño.

Permanezco latente y paciente
a la honda fosa excepcional donde me esperas,
desde la tierra misma,
para que extraigas los jugos de mi vida
que en tus raices alimento.

Brinca en mi hálito de ascuas encendido.
Y siente la asfixia y agoniza,
boca abajo, ahogando tus gemidos en la almohada,
hasta coronar de hielo
las sienes de mi cabeza.